sábado, 17 de marzo de 2018

Lapido: "Vivimos tiempos de absoluta decadencia cultural"


Hoy Sábado 17 de marzo, a partir de las 22.30 horas en La TrincheraTras finiquitar la exitosa resurrección de 091, el granadino retoma su carrera en solitario con 'El alma dormida', otro tratado de rock de quilates y palabras con poso. Estará este sábado en La Trinchera

José Ignacio Lapido y su banda están en la carretera para presentar las canciones de su octavo disco, El alma dormida. El primer verso de Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique, ha dado título a su nuevo trabajo, en el que reflexiona sobre «la fugacidad del tiempo». El álbum guarda esa visión descreída del mundo, tan propia de Lapido, que ha esperado paciente el fin de la gira de resurrección de 091, en la que el grupo granadino recorrió con éxito grandes recintos y festivales durante el año pasado. Ahora, Lapido vuelve a reunir a su banda habitual, tan solvente como reforzada gracias a la presencia de un nuevo bajista, su compañero de andanzas de 091, Jacinto Ríos. Lapido es, para muchos, un artista de culto que merecería un aplauso mucho más mayoritario; otros disfrutan de su condición de culto para saborear sus canciones. Unos y otros tendrán cita con el granadino este sábado, en La Trinchera.


¡Cuidado! no suena muy optimista para abrir. ¿Con qué hay que tener cuidado?
Se trata de estar alerta. Como decía aquel, el futuro ya no es lo que era. Muchos avances tecnológicos no se utilizan para hacernos más libres, sino para enjaularnos dentro de una libertad virtual y, por lo tanto, falsa. Creemos tener miles de amigos, conocer el mundo entero a golpe de click o estar recibiendo información veraz de los acontecimientos. No es así. El mundo real es otra cosa.

El alma dormida parece un título prestado por Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique.
Efectivamente, es el primer verso. Esas palabras me parecieron suficientemente evocadoras como para titular mi disco con ellas. Además, algunas de mis canciones compartían temática con el poema de Manrique: eso que en latín se llama tempus fugit, y también el famoso ubi sunt. Temas, por otra parte, que han estado en la literatura universal desde tiempos inmemoriales.

¿Qué peso ha tenido en este disco la fugacidad del tiempo, un tema al que, efectivamente, no es ajeno su cancionero?
Hay un par de canciones, tal vez alguna más, que hablan de eso. Lo que llega y se nos va y No hay prisa por llegar. Las compuse después de la muerte de mi madre en 2016.



El alma dormida lleva gestándose tres años, pero que se ha ido retrasando por la gira de 091. ¿Ha retroalimentado este disco, o las canciones ya estaban escritas y se han mantenido en el congelador?
La mayor parte de las canciones estaban escritas antes de la resurrección de los Cero. Cuando surgió la propuesta de hacer la gira' pensé que no sería buena idea hacer la guerra en dos frentes a la vez, y pospuse la grabación y edición de mi disco. En el año que ha durado la gira me ha dado tiempo de componer dos o tres canciones más que no estaban en la lista, las que te he comentado antes, y también de repensar otras.

«Dónde están o qué fue de quienes vivieron antes que nosotros, de aquéllos que desaparecieron». Es una de esas preguntas filosóficas, repleta de dudas existenciales, que se plantea uno buscando el sentido de la vida. ¿A qué conclusiones ha llegado?
Lo que te comentaba antes, el famoso ubi sunt. Desde los tiempos de Virgilio ya ha llovido, pero seguimos igual, haciéndonos ese tipo de preguntas. En ese sentido, en mis canciones yo planteo dudas, pero pocas certezas.

¿El alma dormida guarda alguna visión descreída del mundo en este sentido?
No creo que sea cosa de este disco. El escepticismo planea sobre mis canciones desde hace muchos años; es posible que cada vez lo haga de forma más evidente.

¿Cuál es su visión al margen de La versión oficial? ¿Cuál es su diagnóstico de la situación?
Aunque en esa canción lo digo de forma irónica y un poco jocosa, creo que hay que hacer un ejercicio de libre pensamiento para conservar nuestra capacidad de maniobra frente al sistema; o, al menos, conservar el pequeño margen de libertad individual frente a la masa. Hay que cuestionar los mensajes que nos llegan del poder y de sus aledaños; también los que nos llegan de los medios de comunicación.

Tras una exitosa gira con 091, ¿cambia la dinámica al volver a estar solo ante el peligro?
Sí, claro. Las magnitudes de la gira de 091 no son ni por asomo las mismas que las que yo tengo en solitario... Pero, vaya, no me causa mayor problema. Lo que hago ahora es retomar la carrera que dejé en pausa para la resurrección. Yo llevo ya tocando en solitario más años de los que estuve en activo con los Cero, así que tengo asumido el papel.

Pocos han experimentado una resurrección. ¿Qué se siente?
Resucitar, es verdad, no está al alcance de todos. Es algo milagroso, y así lo hemos percibido todos, asombrados, porque resultó que, pese a estar muertos durante más de veinte años años, gozábamos de muy buena salud.

Me gustaría saber su opinión al respecto: ¿qué le parece lo que suena en la radio ahora?
¿En la radio comercial? Pues, qué quiere usted que le diga... Sólo hay que ver las listas de ventas del año 1968 ó 1969 o de los primeros setenta y compararlas con las de ahora. Ahí estaban Led Zeppelin, Jimi Hendrix, los Beatles, los Creedence, David Bowie, Marvin Gaye, los Temptations y otros muchos clásicos de todos los estilos, del rock, del pop, del folk, del soul, del funk, clásicos intemporales que sonaban en las radios y que vendían muchos discos. ¿Y ahora qué tenemos? Despacito y similares. Así son los tiempos: absoluta decadencia cultural.

Una vez le leí decir que escribir canciones cada vez la resultaba más difícil. ¿Qué tal fue el proceso en este nuevo álbum?
Tuve que emplearme a fondo para llegar a dar con la veta de oro. Es cierto que, conforme van pasando los años y los discos, a uno le cuesta más encontrar las palabras adecuadas y las melodías que se acerquen a ese ideal de perfección que se tiene en la cabeza. Al final, no sé bien cómo, la verdad, he logrado reunir once canciones de las que estoy muy orgulloso.
Ángel H. Sopena


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