miércoles, 2 de agosto de 2017

¿Turismofobia o empleofobia?


El ataque a un bus turístico en Barcelona por miembros de un grupo afín a la CUP no tiene justificación alguna

Unos siniestros encapuchados detuvieron un bus turístico de Barcelona, amenazaron al conductor con un cuchillo, amedrentaron a los pasajeros y pintaron la luna delantera del vehículo con la frase “El turismo mata los barrios”.

No eran delincuentes —digamos— comunes, sino miembros de la plataforma Arran, una familia radical de las Candidaturas de Unitat Popular, la CUP. Es decir, una facción del socio parlamentario del Gobierno secesionista de la Generalitat y su principal apoyo en el procés.

Un nutrido grupo de entidades empresariales hoteleras y turísticas exigieron a la alcaldesa, Ada Colau, en un manifiesto, energía para cortar con esos abusos. Colau reaccionó tarde y sin mucha energía: “Protestar por el turismo nunca puede pasar por intimidar a personas ni dañar equipamientos”.

Y el Gobierno de la Generalitat se quedó en sendas críticas personales de un par de sus miembros. Y en el estrepitoso silencio del novel consejero de la Presidencia y portavoz, Jordi Turull, una estrella fulgurante desde que el partido pujolista se vio involucrado en el saqueo de la obra pública a través de las coimas del 3%.

Una cosa es cuestionar los excesos del modelo turístico y otra muy distinta “protestar por el turismo”: la angelical reacción de Colau ya no puede justificarse por su falta de experiencia institucional; parece condenar los hechos cuando les da pábulo en la cuestión de fondo.

Recuerden turismofóbicos y quienes ejercen la violencia contra vecinos y turistas, que hace tres décadas Barcelona optó por abrirse al mundo: carecía entonces casi completamente de visitantes. Hoy el sector supone el 12% del PIB de la ciudad. Genera en toda España un 20% de los nuevos puestos de trabajo. Solo en nuevos empleos directos supuso en el segundo trimestre la mitad del total, y el doble del renglón siguiente, la construcción especializada. La turismofobia mata empleos.

Sobre este tema en editoriales anteriores de El Pais : 

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