domingo, 15 de enero de 2017

Teatro , Puro Teatro.

Foto: tiojimeno
Tras la crisis económica y la aparición de nuevas formas de hacer teatro, el gremio del espectáculo en Málaga evalúa la actual situación de un sector que sigue luchando contra la precariedad laboral al tiempo que intenta captar espectadores

Aprovechando la celebración del Festival de Teatro de Málaga entramos en las bambalinas del sector local con actores, productores, compañías y gestores escénicos

Es el mundo de los aplausos y de los sentimientos a flor de piel. El teatro lleva siglos haciendo tablas y estos días, en los que se celebra el XXXIV Festival de Teatro de Málaga, nuestra ciudad es una de sus grandes capitales. Aprovechamos la celebración de la gran cita para darle voz al mundo del espectáculo local, que conoce las secretos, alegrías y penurias de la escena mejor que nadie. Lejos de las luces y de las grandes noches de estreno, el teatro malagueño lucha contra sus propios males.




Evaluación general


La situación es positiva pero queda mucho por hacer
Miguel Gallego, director de producción de los teatros Cervantes y Echegaray, se afana en lograr una escena teatral potente. «Creo que estamos viviendo unos buenos momentos, no solo por la exhibición teatral sino a nivel de profesión gracias a la Factoría Echegaray». El proyecto, que lleva por apellido el nombre del céntrico teatro nació en el año 2016 con el objetivo de ser centro de producción de espectáculos propios pero también de generación de un público de carácter local. «La gente tiene mucha admiración hacia Málaga», asevera Gallego y aclara que en la ciudad hay pocos días en los que no haya programada una representación. El Teatro Cervantes, Echegaray, Alameda, Cánovas y lo que Gallego define como «salas alternativas» son culpables de ello. «El público acude de muchas maneras, lo que tenemos que buscar es la fidelidad de un público constante y eso es algo que no se da en Málaga ni en ningún sitio», afirma. El responsable de producción reconoce que el teatro ha cambiado en los últimos años y explica las «nuevas inquietudes» que mueven ahora mismo al gremio. «Cada uno desde nuestro puesto intentamos lograr que el teatro sea protagonista en la ciudad», sentencia.

El responsable del Teatro Cervantes y director del Festival de Málaga. Cine en Español, Juan Antonio Vigar es otro de los que luchan a diario para que se puedan contar historias y hacer sentir al público sobre las tablas de un escenario. «Partimos de una realidad que hasta ahora ha sido complicada pero estamos en un camino bastante ilusionante», dice y hace referencia a las producciones, actores y público malagueños. «Es complejo hoy día vivir del teatro pero estamos sentando las bases para que en el futuro pudiera ser de otra manera», afirma Vigar que destaca la necesidad de colaboración entre los productores privados y las administraciones y el colectivo de las artes escénicas, en general para lograr que una afirmación tan onírica como «vivir del teatro» pueda hacerse realidad.

Público


La lucha constante por conseguir espectadores
El actor y crítico de La Opinión de Málaga Paco Inestrosa es mucho más severo en sus apreciaciones. Así, achaca muchos de los males de la escena teatral malagueña a la falta de ambición de muchas compañías locales e insta a aquellos que aman el mundo de la dramaturgia a arriesgar:«Para mí lo fundamental es que muchos de los espectáculos que se dan en Málaga se crean desde un punto de vista poco profesional», dice y aclara que son pocos los actores los que tienen la condición de trabajadores. «Se ha mejorado mucho en los últimos años», afirma Inestrosa al que la tradición teatral de la capital no le pasa desapercibida. Su trayectoria profesional le ha llevado a pasear por casi todas las ciudades de la Península Ibérica e incluso a visitar otros países como Portugal o Francia, lo que le ha permitido conocer a muchos tipos de espectadores. «El público de Málaga es muy conformista», asevera. Pese a ello las compañías buscan nuestra ciudad: «Aunque los malagueños no lo sepamos reconocer el Teatro Cervantes es una de las plazas que se consideran importantes a nivel nacional», explica y alude al a historia de Málaga como escenario. «La ciudad tiene tradición teatral desde hace siglos. Hubo una época en la que todo se fue más para abajo pero realmente somos unas de las ciudades que más programación teatral tenemos, más incluso que Sevilla», explica.






Por su parte, el responsable del Teatro Alameda, Carlos Sánchez, apuesta por convertir el teatro en ocio empleando como aliadas a las redes sociales o a través de herramientas como el marketing. «Aunque duela decirlo, la cultura muchas veces no es atractiva», sentencia. Sánchez hace una valoración positiva de la situación aunque aclara: «Aún queda mucho por hacer».

Miguel Zurita es actor y se ha atrevido con la dirección en numerosas ocasiones. Para él los males del teatro se encuentran en la precariedad laboral y en los problemas de distribución y producción de muchas compañías; sin embargo, asegura; «En Málaga hay público y si se hace bien desde la cultura base, es decir desde la educación, podríamos conseguir un aficionado que no busque solo a los nombres conocidos», afirma.

Para el responsable del Teatro Cánovas, Antonio Navajas, la clave del éxito también está en los espectadores y espectadoras, que han visto como las representaciones seguían los parámetros del triunfo: «Las compañías han sido bastante conservadoras, lo que funcionaba se copiaba y esto hace que se sature el mercado de esas producciones y no que aparezcan otras», argumenta. «Ha cambiado todo, hasta el concepto de compañía teatral», recuerda Navajas, que está consolidando la reciente transformación del Cánovas en un espacio escénico dedicado a la creación para jóvenes. Ellos son el futuro, desde luego, y no sólo como creadores. «Los espectadores y las espectadoras son fundamentales en las artes escénicas. Debe haber políticas en este sentido que partan de la Administración y también del colectivo de las artes».

Los precios


La bajada del IVA cultural y el compromiso del sector, claves
Según el responsable del Teatro Cervantes y director del Festival de Málaga. Cine en Español, Juan Antonio Vigar, la colaboración entre entidades privadas, administraciones y colectivos del gremio ha sido esencial para poner en marcha proyectos como Factoría Echegaray que permitan dar a luz a una escena teatral potente en la ciudad. Sin embargo, para otros como el responsable del Teatro Alameda, Carlos Sánchez el margen de beneficio para las entidades sigue siendo bastante reducido: «Con cada producción tenemos que pagar un 21 por ciento del IVA cultural además del 10 por ciento del sueldo de los actores», explica el programador del teatro de la calle Córdoba . Eso sí, Carlos Sánchez tiene el presentimiento de que el IVA cultural bajará en pocos meses. «Aún así creo que el precio de cara al público seguirá siendo elevado», matiza.

La profesión


Pagar una entrada es necesario para fomentar la cultura
Macarena Pérez contribuye a crear, producir y distribuir una parte de la programación de la ciudad. Ella, junto a Josemi Rodríguez es responsable de Pata Teatro, una compañía que lleva casi una veintena de años haciendo sentir al público malagueño. «Terminamos la licenciatura de Arte Dramático en la Escuela de Málaga en el año 98», recuerda y explica que, mientras un gran mayoría de sus compañeros decidieron probar suerte en otras ciudades del territorio nacional, ellos apostaron por Málaga: «Comenzamos con exhibiciones para el público infantil y familiar y poco a poco hicimos representaciones para teatro de adultos».19 años dan para mucho, incluso para producir hasta 18 espectáculos, que les han llevado a conseguir varios reconocimientos como el premio FETEN 2015 (Feria Europea de Artes Escénicas para Niños y Niñas – Gijón), tres nominaciones en los III Premios Lorca del Teatro Andaluz y la consolidación en la ciudad del ciclo de teatro clásico por el que, además, han obtenido el reconocimiento de los Premios Ateneo. «Para nosotros es algo muy reconfortante el hecho de tener el apoyo, no solo profesional sino también del público», dice emocionada. Macarena Pérez es una fiel defensora del trabajo del actor: «Nosotros siempre hemos tenido en cuenta que la persona que está trabajando con nosotros necesita vivir y tiene que tener su alta en la Seguridad Social», sentencia y recuerda: «Se pueden hacer cosas pero para ello es necesario que se pague una entrada».






El Espejo Negro es también otra de las veteranas compañías teatrales malagueñas. Nació en el año 1989 respondiendo a los deseos de aspiraciones de un grupo que sigue soñando en voz alta. Ángel Calvente es uno de los responsables de la compañía, que logra la mayoría de sus ingresos fuera de las fronteras de Andalucía: «Nosotros trabajamos más fuera que dentro de nuestra propia Andalucía porque nuestro teatro es más entendido fuera y por un problema económico», dice Calavente, que explica: «En Andalucía es complicado pagar lo que cobramos; en el resto de sitios, sí. La crisis lo ha destrozado todo».
Fronteras y futuro



Salir de Málaga con el firme propósito de triunfar
El Espejo Negro fue una de la compañías pioneras en salir de la provincia. Ahora, volar se ha convertido en una necesidad. «En el Teatro Cánovas hemos programado a compañías locales para que la caja de resonancia les sirviera para poder seguir haciendo cosas en otro sitio. Debemos seguir así, hacer que esas compañías que trabajan con nosotros puedan seguir volando fuera de los límites de la ciudad», explica el responsable del Teatro Cánovas, Antonio Navajas.

«El teatro en Málaga sigue vivo por mucho que le pese a algunos», comienza a decir Salva Reina, que vive en los dos lados del escenario: por un lado, es actor –un intérprete cada vez más demandado, especialmente en el cine–; por el otro, es gestor, es responsable de La Cochera Cabaret, un espacio multidisciplinar en la zona oeste de la ciudad. «Sobrevivimos como hemos hecho siempre en tiempos de bonanza y en tiempos de crisis, adaptándonos a las nuevas circunstancias y combinando buen hacer tanto encima de las tablas como fuera de ellas. Seguimos siendo una ciudad repleta de talento», sentencia Salva Reina.

Al igual que muchos de sus compañeros, el actor conocido por muchos como Chuki ha sabido adaptarse a los cambios con el firme propósito de seguir fiel a sus sueños. La conclusión para Reina sigue siendo la misma que para algunos que los miembros del gremio del espectáculo malagueño: queda mucho por hacer... «Se necesitan políticas de creación de público, un apoyo real por parte de las instituciones de la escena teatral malagueña, con una visión de futuro, no con acciones puntuales, intentando que estas compañías que se forman y las ya existentes tengan recorrido y capacidad de creación y exhibición», sentencia.

El espectáculo continuará en Málaga. Terminará el Festival de Teatro pero seguirán entre bambalinas y en los camerinos, en los despachos, los actores y los gestores empeñados en contar historias de una manera digna.

La opinion de Málaga

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