viernes, 21 de octubre de 2016

El Abuelo y la gesta de Rocío Molina ... por Manuel Bohorquez Casado.

Foto: P. Lobato
Rocio Molina presenta este domingo su espec táculo "Afectos" en el Teatro Cervantes.

-Abuelo, no sé si lo sabe, pero la bailaora malagueña Rocío Molina ha bailado en la pasada Bienal durante cuatro horas seguidas y todo improvisado.

-Sí, claro que lo sé. No pude estar en el acontecimiento. Por cierto, quiero que sepas que fui el primero que escribió de ella en Sevilla, un día que bailó en el Parque de María Luisa y que me recordó a la gran Fernanda Romero. ¿Sabías que en La Unión la echaron para atrás porque no valía?

-¡Jura, abuelo!


-Pues sí. Tendría un mal día, digo yo. Era muy jovencita, claro. Y fíjate, hoy es conocida en todo el mundo y la referencia de otras muchas bailaoras jóvenes.

-¿No son muchas horas bailando?

-Muchas, Manolillo. No sé cuántas pizzas se pedirían esa noche, supongo que unas cuantas. Me han contado que casi nadie se movió de su butaca. Eso es muy difícil, así que tuvo que ser digno de ver. Rocío Molina es muy valiente y una bailaora que va a su bola y que tiene muy claro lo que quiere hacer. Es una creadora, de eso no hay ninguna duda. La Cuenca de este tiempo.

-¿Quién fue La Cuenca?

-Una bailaora malagueña, como Rocío, que rompió moldes en su tiempo. Fresca como ella sola, y valiente.

-¿Esa es la que dicen que fue la primera bailaora en vestirse de hombre para bailar en los escenarios?

-De las flamencas, parece que sí. Hubo boleras que se vistieron de hombre para bailar en los escenarios, antes que ella. A partir de La Cuenca, lo hicieron otras muchas, como Salud Rodríguez, hija de El Ciego, la más célebre.

-Ahora hay bailaores que se ponen basta de cola, ¿no, abuelo?

-El baile está así, las bailaoras se han metido en el terreno del hombre, y el hombre en el de las bailaoras. Si quieres que te sea sincero, lo veo bien, porque el baile flamenco no tiene sexo. Eso del baile femenino y el baile macho, está ya muy antiguo. Hombre, a mí me gusta que una bailaora sea femenina, sensual, y también que un bailaor no se tronche, pero por encima de todo esto está bailar bien. Es lo verdaderamente importante.

-¿En qué momento crees que está el baile?

-En un gran momento. Echo de menos el arte, el baile natural, pero técnicamente no ha habido nunca tantos bailaores y tantas bailaoras, como ahora. El arte no se aprende, es un don. Y cuando una bailaora tiene arte y buena técnica, como Rocío Molina, el resultado de esa mezcla es una gran figura. Israel Galván o Joaquín Grilo podrían ser otros ejemplos válidos. Incluso Farruquito, un verdadero animal del baile flamenco.

-¿Mucho baile de academia, abuelo?

-Casi todas las grandes figuras de la historia salieron de las academias. Las grandes boleras sevillanas, como Petra Cámara, Manuela Perea o La Campanera, no salieron por que sí, sino de las academias de Félix Moreno, Miguel y Manuel de la Barrera. El gran Antonio el Bailarín, de la academia de Realito. Y Milagros Mengíbar, por citar a una bailaora actual, de la de Matilde Coral, base de la escuela actual del baile sevillano.

-No me imagino a La Macarrona en una academia, la verdad.

-Yo tampoco, pero de alguien aprendería. Nadie nace bailando, y La Macarrona aprendería, como La Malena o Josefa La Charrúa, su tía materna, de bailaoras mayores de Jerez, con academia o sin ella. Cualquier casa de vecinos del Barrio de Santiago de Jerez era una buena academia en aquellos años, el último tercio del siglo XIX. Aprendían a bailar por soleares o bulerías, como lo hacían a coser o a poner un puchero, de sus madres o abuelas.

-¿Cuál crees que puede ser la próxima gesta de Rocío Molina?

-Conociéndola, no pondrá límites a su fantasía y capacidad creadora. El baile ha evolucionado por artistas como ella, como el cante lo ha hecho por cantaores como Chacón, Marchena, Caracol, Morente o Lebrijano. Cuando los genios se aburren de hacer siempre lo mismo, se ponen a crear. De todo lo que crean, unas cosas quedan y otras no. Lo que queda es lo que señala el camino a los que vienen detrás.

-Hoy te los has currado, abuelo.

-Sí, hoy estoy inspirado, se ve que se acerca la llegada del mosto y eso me suele poner las pilas.

-Seguro que hoy almorzamos lubina a la sal, ¿no?

-Arroz con tomate y huevos fritos, que la Bienal me ha dejado tieso.

-Qué pesado con el arroz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario