sábado, 25 de junio de 2016

El Flamenco llena Alcazabilla



El Teatro Romano se convirtió anoche en el telón de fondo del escenario del 37.º Festival Flamenco Ciudad de Málaga, celebrado en la calle Alcazabilla por primera vez –tradicionalmente ha tenido lugar en el Real del Cortijo de Torres, durante la feria de agosto–. Con un breve discurso de apertura, propio de una gala televisiva –incluso contó con traducción al inglés para el público extranjero–, se explicó que el festival trata de ser «didáctico y pedagógico», mostrando todos los palos del arte andaluz de manera abierta y gratuita. Tras un breve silencio, subió a las tablas Pepe Torres. El guitarrista, solemne y gallardo –solo ante el peligro–, abrió la veda para que las más de mil personas que ocupaban las localidades, a las que no dejaron de sumarse curiosos y viandantes, se iniciaran en eso del flamenco bajo las estrellas.


José y Perico Pañero volvieron a demostrar sus tablas sobre el escenario. Luisa Chicano y Cristóbal García, al baile.El público respondió a la convocatoria y llenó las butacas de la calle Alcazabilla.

El público que ocupó las butacas –preparadas exclusivamente para la ocasión y con acceso libre– disfrutó de un espectáculo conocido mientras que, tras las sillas, los neófitos se maravillaban con cada quejido, y grababan con sus teléfonos móviles el talento sobre las tablas. Luisa Chicano y Cristóbal García fueron los primeros en hacer crujir la madera del tablao con su baile, acompañando a la voz de Manuel de la Curra. Les siguieron los hermanos Perico y José Pañero, quienes se encargaron de mostrar la soleá, las cantiñas y los tientos-tangos.

A pesar de lo sobrio del espectáculo, algunos curiosos no mantuvieron todo el silencio necesario en las seguiriyas ni en los momentos más jondos. Aun así, muchos celebraron poder ver flamenco fuera de los locales especializados, a pie de calle, rodeados de gente para aplaudir las soleás

Fernando Torres
Diario Sur

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